jueves, 31 de mayo de 2012


Duelo

Qué decir. Cómo se puede empalizar esta muerte transitoria que no es ni más ni menos que el nombre que le impongo a mi derrota. Cómo aislarla, de qué modo se le fabrica una cáscara espesa e impermeable que la separe por completo y para siempre del mundo de lo posible, así me pongo a salvo de su voracidad sin límites y de sus garras afiladas, hechas para lastimarme una y otra vez. No supe cómo hacerlo en su momento, ni sé cómo lo hago ahora y eso que siempre creí tener las palabras a mi disposición, como súbditos, alineadas y listas a obedecer hasta mis caprichos más absurdos y hoy no es así. Me doy cuenta que hoy tengo vacío el aire y hasta el último rincón de mis sentidos. No quedan ni los ecos. Sólo persisten algunos restos coagulados de voces que me han abandonado hace tiempo. Excavo con la obstinación del que necesita encontrar lo que sabe perdido y presiente que espera sepultado bajo capas y capas de silencio. Repito hasta el infinito la búsqueda con un rumbo equivocado y  me cuesta sangre en las manos. Aparece el dolor que resucita en parte mi capacidad de sentir, lo que agradezco y de paso me despierta, me sacude. Una vez de pie, intento reagrupar mis fuerzas que creo, intuyo más bien que están lejos de estar vencidas, pero es un hecho que se han dispersado sin que ello signifique huída. Si la diáspora es definitiva o no, habrá tiempo de saberlo. Por ahora basta con la esperanza de poder reconstruirme y regresar, sino nuevo, al menos diferente y con las cicatrices a la vista, más como recuerdo del precio del aprendizaje que como trofeos de guerra que pueda lucir con cierto orgullo. Pretendo regresar al menos diferente y si cabe, mejor que antes del derrumbe porque la única opción que vale después de una caída es avanzar, ya que de otro modo, la segunda oportunidad no tendría sentido. No se debe enturbiar un reencuentro y más si quien espera del otro lado de la historia es uno mismo.
Duele el cuerpo en lo profundo y desgarra porque la inmovilidad no se resigna jamás a perder terreno en manos del movimiento. Sería asumir la rendición y permitir que las cosas dormidas despierten y vuelva a ser lo que estaba congelado en el tiempo y se alejara definitivamente de esa oscuridad seductora que invita a abandonarse en ella, cayendo en la trampa ancestral del sueño incapaz de atenuar la fatiga, pese a que perdura por siempre, sin retorno posible, nada más diferente a la paz ese sueño permanente. Esta es la razón por la que no conviene darle lugar a la muerte hasta que no sea inexorable. En ese punto, además, la decisión ya no depende de nosotros. Es crucial tomar la decisión de aferrarse al movimiento en el preciso instante en que la conciencia vuelve y nos hace saber que el camino de regreso está disponible aunque no totalmente abierto. Más aún, seguro que se va a ir estrechando hasta quedar reducido a un punto que al final desaparece y con él se esfuman las salidas. Antes de que esto ocurra, hemos de procurar el paso al otro lado, donde viven las cosas que aún no se conocen, abrigadas dentro del futuro y a resguardo del miedo. Allí, del otro lado, podremos deshacernos de la muerte transitoria que nos ha tomado como rehenes por un tiempo y si hubo aprendizaje, estaremos a salvo, a menos que a los demonios se les dé por cambiar las trampas.
Cada herida tiene un ciclo propio que no depende, como se piensa, del dolor que produce o de la profundidad que alcanza. Hay raspones capaces de matar y puñaladas que no son suficientes para arrebatarnos la sangre y el aliento, pero sirven como advertencia. Del dolor inicial, apenas se atenúa, nace un tiempo de calma inestable y tenso que se desliza al filo de la ruptura por los bordes del alma. Los sentidos hacen lo posible por protegernos y repliegan una a una las sensaciones para no darle lugar de anclaje a los recuerdos porque pueden renovar la tristeza con una potencia igual o mayor que la herida original que de algún modo sigue abierta. De esa calma, interrumpida a veces por la inveterada rebeldía de la memoria que de tanto en tanto desobedece a la razón y convoca imágenes, sonidos o fragancias que tienen el poder de hacernos daño por imponer presencias que creímos olvidadas. La calma se detiene, pero no se paraliza, retrasa la marcha lo suficiente como para no volver atrás tan de golpe. En ese momento, no es posible repensar los próximos pasos, de modo que en ese estado de la calma, no hay otra alternativa que reparar el dolor caminando a merced de la memoria y sabiendo de antemano que las reglas de juego permiten sorpresas, caídas y alguna que otra herida nueva cada vez que un recuerdo impensado irrumpe con violencia en el pequeño universo del viajero y se hace sólido, metálico, filoso y despiadado.
Volver de la derrota sin reparar los daños es peligroso porque igual que en los barcos, una quilla sana es el primer requisito para mantenerse a flote y mantenerse a flote es imprescindible para andar por los mares. Tarda que se reparen las fisuras, los huecos y a veces es preciso cambiar partes corroídas por el agua salada, que se alía con el tiempo para hacer daño. Tarda pintar con un color diferente esa nave que se ha renovado en sus entrañas para poder darle batalla a las tormentas, sin perder de vista que algunos rincones permanecerán inmutables, otros persistirán inaccesibles y es probable que unos pocos sigan filtrando agua suficiente para ser tenida en cuenta, pero no tanta como para lograr que el barco se hunda. Volver de la derrota, en definitiva, es saber que se cuenta con fuerzas que no estaban o estaban y no vimos o vimos y no usamos. Se debe saber que habrá sitios que no alcanzaremos nunca a reparar y seguirán dando problemas y que no se puede volver totalmente nuevo a la pelea si hubo heridas. A lo sumo, se aspira a restaurar y por ello la estructura no rejuvenece aunque si el trabajo de regreso se hace del mejor modo posible, habrá mucho más espacio en el aire para que se deslicen los sueños y muevan la rueda del futuro. Es imposible saber cuándo termina el duelo, pero hay indicios. Uno de ellos es la posibilidad de estar de pie sin temer la caída, la decisión de quitarle la red a nuestro trapecio y volver a confiar nuestro cuerpo a un nuevo par de brazos que nos van a sostener cuando sea preciso y el vuelo impensado que se intenta, a pesar de la gravedad y de las leyes que se supone que la rigen para el resto de los mortales, no para nosotros. Volver del duelo es mirar adelante con la fe del que sabe que en algún lugar del horizonte lo espera el día.
http://baleromedico.wordpress.com/2011/12/06/duelo/

lunes, 21 de mayo de 2012

HOY MI PRIMOGENITO CUMPLE 22 AÑOS...Y NO VOY A SALUDARLO..SOLO XQ NO TENGO UN FUCKIN CENTAVO Y NO M DA D IR EN MI KALIDAD D MADRE SIN NADA EN LAS MANOS...
HOY SE M OCURRIO LA BRILLANTE IDEA D PEDIR UN PRESTAMO X INTERNET.Y.M TIENEN COLGADA CON LA RESPUESTA DESDE EL MEDIODIA...K SEA LO K TENGA K SER Y SINO K NO SEA NADA..D TODOS MODOS YA LO LLAME PARA EXCUSARME CON LA HISTORIA D KE HOY TENGO K DAR UN EXAMEN DEL CURSO D CONSERJERIA K EMPECE Y COMO HICE KON TODO EN LA VIDA YA RE COLGUÉ..
ULTIMAMENTE ESTOY DEMASIADO COLGADA EN VARIAS COSAS KE SON D VITAL IMPORTANCIA...RECURSO D AMPARO, OPERACION D CATARATAS, ENTRE OTRAS...TODO X ESTAR EN BUSKEDA DEL SABER D DND PROVIENEN MIS CONFLICTOS EXISTENCIALES....KE HE D DECIR...NO SON POKOS...
HE DESKUBIERTO LOS XQ D MIS DESACIERTOS AL MOMENTO D ELEGIR KANDIDATOS SENTIMENTALES Y D MIS FORZADOS INTENTOS D HECHARLOS UNA VEZ KE LOS CONSIGO...TODO X ESTAR COLGADA DESDE HACE SEIS MESES D LOS HUEVOS D UN PENDEJO HISTERIKO KE ME ENKANTA....
X OTRO LADO EL SABADO LLAMO DESESPERADA A MI HIJO MENOR..KE ES LO MEJOR KE HICE EN TODA MI VIDA...PIDIENDOLE AUXILIO YA KE MI ALACENA ESTABA VACIA AL IGUAL KE MI ESTOMAGO..VINO COMO UN SUPERHEROE AL RESKATE D "LA VIEJI"...Y NO FALTÓ EL PASE D FACTURA...Y NO HABLO PRECISAMENTE D LAS D PANADERIA..Y MUCHO MENOS D LAS D SERVICIOS...SINO D ESAS KE DUELEN...Y D VERDAD...LAS D LA VIDA...
EL TEMA SALIO CUANDO M KOMENTABA KE TENIA UN ASADO EN LA CASA DEL TIO...KE ES EL EX MARIDO D MI FUCKIN PRIMA....Y D KE LE PREGUNTO KE SABIA EL D MIS PADRES BIOLOGICOS...YO SORPRENDIDA LE DIJE..Y EL KE SABE?? SI LO KE SABE LO SABE X LA TIA Y LA MITAD ES MENTIRA..ADEMAS PARA KE KERES SABER..SINO M INTERESA A MI NO VEO XQ A VOS....A LO KE M REPLIKO...A MI SI M INTERESA SABER...TUS PADRES SERIAN MIS ABUELOS...
MI HIJO...EL OTRO..EL KE CUMPLE AÑOS HOY...KON SU AFAN D SABER KIEN FUE SU PADRE NO SABE EL DAÑO KE LE CAUSO A SU MADRE Y A SU HERMANO...DESKAJETO A TODA LA FAMILIA....Y LA FAMILIA ERAMOS NOSOTROS TRES...AHORA EL MAS CHIKO NO SABE NI KIEN ES EL PADRE..NI SUS ABUELOS PATERNOS NI MATERNOS...Y YO KE M HAGO A UN LADO XQ NO TENGO LAS RESPUESTAS D SUS TANTAS PREGUNTAS KE ALGUNA VEZ FUERON LAS MIAS...NADA MAS KE CON GRUPO Y TERAPIA PUDE ACEPTAR Y NO BUSCARLE MAS LA VUELTA... KE FUE PRIMERO..SI EL HUEVO O LA GALLINA...M CHUPA UN HUEVO...
M PARTE EL ALMA...YO NO ACEPTO A LA PARENTELA D EL PADRE D MI HIJO XQ LA VERDAD K BIEN M DIJO LA PSICOLOGA PEDORRA KE M ATENDIO EN EL AMEGHINO HASTA KE M MANDO..SI TENES PLATA PARA INTERNET Y CELULAR TENES PARA PAGAR LA CONSULTA...NO FUI NUNKA MAS...BIEN M DIJO...LOS VINCULOS SE FORMAN...NO ESTA DADO KE UN VINCULO SANGUINEO CONLLEVE AMOR Y DEMAS X SOLO SER ESO...SE NUTRE Y SE FORTALECE COMO CON CUALKIER OTRA RELACION...Y PARA MI NO SON NADA...NO SON NADIE...Y D HECHO NO TENGO NADA KE VER CON ESA GENTE..NI EN LA MANERA D SER O D PENSAR O D EXISTIR...M ENFERMAN...JAMAS HICIERON NADA X NOSOTROS...SABIENDO D LA EXISTENCIA D MI HIJO JAMAS SE CALENTARON X ENCONTRARLO..Y ESTAN AHORA XQ EL LOS FUE A BUSCAR Y XQ LLENA EL VACIO KE DEJO EL CACHIVACHE DEL PADRE....PERO BUENO..SON SU SANGRE...PERO MI RENKOR Y MI TRAUMA D HABER SIDO ENGAÑANDA Y ABANDONADA CON LA PANZA NO M PERMITEN INTEGRARME...IR A ESA KASA M REPRESENTA TODO ESO Y MAS.....
ASI KE ES EL KUMPLE D MI HIJO Y NO PUEDO ESTAR CON EL...FUCK!!...IGUAL EL ES ADORABLE KUANDO KIERE..Y SABE COMPRENDER...LA KE SE SIENTE MAL SOY YO!!
HOY TENDRIA KE IR A RENDIR PERO NO SE NADA...NO TENGO GANAS....NO LEO LAS LETRAS D LOS APUNTES KE LAS HACEN TAN PEKEÑAS KE SI NO TENES PROBLEMAS VISUALES T LOS CREAN...ASI KE M PARECE KE NO VOY NADA...JAJAJ Y AHORA KE MIRO EL RELOJ ES UN HECHO...EL EXAMEN ES A LAS SEIS..SON LAS SEIS Y DIEZ JAJAJA....
Y SIGO COLGADA!!!

lunes, 7 de mayo de 2012

OTOÑO 2012



NO KREER EN DIOS Y KREER EN VOS

HOY M LLEGO ESTO VIA E-MAIL...PUEDO ESTAR D ACUERDO O NO...LO K TIENE D BUENO EL LIBRE PENSAMIENTO...KOMO DICE KARINITA OLGA...LO DEJO A TU KRITERIO


  apostasía 
¿Por qué detesto a la madre Teresa de Calcuta?ImprimirE-mail
Domingo, 29 de Agosto de 2010 23:48

Blog sin dioses
El 26 de agosto, fecha del natalicio de la madre Teresa de Calcuta, es propicio para reflexionar sobre el lado verdadero de esta carismática y mediática monja.
El escritor Martín Caparrós, muestra a una mujer que consentía el dolor humano como experiencia para la salvación. Ella nunca proporcionó ayuda médica, ni creó una clínica a pesar de los millones que le llovieron. Tampoco criticó al sistema que generaba tanta pobreza, y se opuso a los métodos anticonceptivos en un mundo donde la sobrepoblación genera hambre y pobreza. Algo me molestó desde el principio. Llegué al moritorio de la madre Teresa de Calcuta, en Calcuta, sin mayores prejuicios, dispuesto a ver cómo era eso, pero algo me molestó. Primero fue, supongo, un cartel que decía "Hoy me voy al cielo" y, al lado, en un pizarrón, las cifras del día: "Pacientes: hombres: 49, mujeres: 41. Ingresados: 4. Muertos: 2". En el pizarrón no existía el rubro "Egresos". En el moritorio de la madre Teresa, su primer emprendimiento, la base de todo su desarrollo posterior, no hay espacio para curaciones. La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Madre Teresa de Calcuta, consiguió en sus últimos veinticinco años una fama y un apoyo internacional extraordinarios. Le llovieron medallas, donaciones, premios, subvenciones, todo tipo de dinero para que ayudara a los pobres del mundo. La señorita Bojaxhiu nunca hizo públicas las cuentas de su orden pero se sabe, porque ella se jactó de eso muchas veces, que fundó, con ese dinero, alrededor de quinientos conventos en cien países. Pero no fundó una clínica en Calcuta. Hay un par de ideas fuertes detrás de todo eso. Sobre todo, la idea de que la vida —ellos dirían "esta vida", como si hubiera muchas— es un camino hacia otra, mejor, más cerca del Señor: si no fuera así, a nadie se le ocurriría dedicarse a que esa gente muriera mejor y, quizás, en cambio, pensarían en mejorar sus vidas. Y la idea de que el sufrimiento de los pobres es un don de Dios: "Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo —dijo la madre Teresa—. El mundo gana con su sufrimiento". Por eso, quizás, la religiosa les pedía a los afectados por el famoso desastre ecológico de la fábrica Union Carbide, en el Bhopal indio, que "olvidaran y perdonaran" en vez de reclamar indemnizaciones. Por eso, quizás, la religiosa fue a Haití en 1981 para recibir la Legión de Honor de manos de Baby Doc Duvalier —que le donó bastante plata— y explicar que el tirano "amaba a los pobres y era adorado por ellos". Por eso, quizás, la religiosa fue a Tirana a poner una corona de flores en el monumento de Enver Hoxha, el líder estalinista del país más represivo y pobre de Europa. Pero quizá no fue por eso que salió a defender a Charles Keating. Keating era un buen amigo de los Reagan —que recibió a la religiosa más de una vez— y uno de los mayores estafadores de la historia financiera norteamericana: el fulano que se robó, por medio de una serie de maniobras bancarias, 252 millones de dólares de pequeños ahorristas. Keating le había donado a la religiosa 1.250.000 dólares y le solía prestar su avión privado. Cuando lo juzgaron, la religiosa mandó una carta pidiendo la clemencia del tribunal para "un hombre que ha hecho mucho por los pobres". Fue enternecedor. Pero cuando el fiscal le pidió que devolviera la plata que Keating le había dado —robada a los pequeños ahorristas—, la religiosa no se dignó contestar nada. En el moritorio de Calcuta, la sala de los hombres tiene quince metros de largo por diez de ancho. Las paredes están pintadas de blanco y hay carteles con rezos, vírgenes en estantes, crucifijos y una foto de la señorita también llamada madre con el papa Wojtyla. "Hagamos que la iglesia esté presente en el mundo de hoy", dice la leyenda. En la sala hay dos tarimas de material con mosaicos baratos, que ocupan los dos lados largos: sobre cada tarima, quince catres; en el suelo, entre ambas, otros veinte. Los catres tienen colchonetas celestes, de plástico celeste, y una almohada de tela azul oscuro; no tienen sábanas. Sobre cada catre, un cuerpo flaco espera que le llegue la muerte. El moritorio de la madre Teresa está al lado del templo de Khali y sirve para morirse más tranquilo, dentro de lo que cabe. La madre Teresa lo fundó en 1951, cuando un comerciante musulmán le vendió el caserón por muy poco dinero porque la admiraba y dijo que tenía que devolverle a dios un poco de lo que dios le había dado. Desde entonces, los voluntarios recogen en la calle moribundos y los traen a los catres celestes, los limpian y los disponen para una muerte arregladita. —Los de las tarimas están un poco mejor y puede que alguno se salve. Me dice Mike, un inglés de 30 con colita, tipo bastante freakie, que se empeña en hablarme en mal francés. —Los de abajo son los que no van a durar; cuanto más cerca de la puerta, peor están. En la sala se oyen lamentos pero tampoco tantos. Un chico —quizás sea un chico, quizás tenga 13 ó 35— casi sin carne sobre los huesos y una bruta herida en la cabeza grita Babu, Babu. Richard, grande como dos roperos, rubio, media americana, maneras de cura párroco en Milwaukee, comprensivo pero severo, le da unos golpecitos en la espalda. Después le lleva un vaso de lata con agua a un viejo que está al lado de la puerta. El viejo está inmóvil y la cabeza le cuelga por detrás del catre. Richard se la acomoda y el viejo repta con esfuerzo para que le cuelgue otra vez. —Este está muy mal. Entró ayer y lo llevamos al hospital pero no lo aceptaron. —¿Por qué? —Por dinero. —¿Los hospitales no son públicos? —En los hospitales públicos te dan cama para dentro de cuatro meses. No sirve para nada. Nosotros tenemos una cuota de camas en un hospital privado cristiano, pero ahora las tenemos todas ocupadas, así que cuando fuimos nos dijeron que no. Acá no estamos en América; acá hay gente que se muere porque no hay cómo atenderla. Richard me cuenta sobre uno que entró hace un mes con una fractura en la pierna: no lo pudieron atender y se murió de la infección. Y está dispuesto a seguir con más casos. Parece que acá no es tan raro que alguien se muera antes de los últimos esfuerzos. —No podemos curarlos. No somos médicos. Tenemos un médico que viene dos veces por semana, pero tampoco tenemos equipos ni ciertos remedios. Lo que hacemos es confortarlos, cuidarlos, darles afecto, ofrecerles que se mueran dignamente. Hay algo que me suena raro en todo esto. Richard le acaricia la cabeza al que insiste en colgarla; más allá, Mike le sostiene la mano a uno con un vendaje que le atraviesa el pecho. Los acompañan: no tienen un idioma común así que no pueden hablarse, o quizás no ganarían nada con hablarse. Richard va a buscar una sábana para tapar al viejo de cabeza colgante. Hace solo 35 grados y el viejo tiene frío. En Chicago, Richard estudia Medicina, pero ahora dice que no sabe si va a poder volver a soportar aquello. Y dice que tampoco podría soportar esto todo el tiempo, pero que no soportaría ser doctor y no atender a estos tipos. A veces llega un punto en que soportar es muy difícil. Richard es un Clark Kent buenazo con mentón imponente y es muy católico, familia de irlandeses, y dice que dios le va a decir qué hacer. —O sea que no hay ninguna posibilidad de que lo atienda un médico. —No. -¿Y entonces? —Y entonces se va a morir hoy o mañana. Richard lo dice como quien dice: llueve. O incluso: quizás llueva. Debe ser difícil pronunciarlo así. La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Madre Teresa de Calcuta, nunca se privó de dar sus opiniones. En Irlanda, por ejemplo, en 1995, un referéndum sobre el divorcio encendía pasiones. Irlanda era el último país de Europa sin divorcio, y los márgenes se anunciaban estrechos. Entonces la religiosa —que no tenía nada que ver con Irlanda— participó de la campaña pidiendo el voto en contra. Los divorcistas ganaron con el 50,3 por ciento. Pocos meses después, su nueva amiga, lady Diana Spencer, se divorció, y una periodista le preguntó qué opinaba. La señorita no tenía problemas: "Está bien que ese matrimonio se haya terminado, porque nadie era realmente feliz", dijo. La señorita sabía aprovechar el halo de santidad que la rodeaba: los santos pueden decir lo que quieran, donde y cuando quieran. Todo está justificado por el halo. Y ella usaba esa bula para llevar adelante su campaña mayor: la lucha contra el aborto y la contracepción. Lo dijo muy claro en Estocolmo, 1979, mientras recibía el Premio Nobel de la Paz: "El aborto es la principal amenaza para la paz mundial". Y, para no dejar dudas: "La contracepción y el aborto son moralmente equivalentes". En septiembre de 1996, el Congreso norteamericano le dio el título de ciudadana honoraria. Era la quinta persona en la historia que la conseguía. Dos años antes había organizado, en ese mismo recinto, una "plegaria nacional" ante Clinton, Gore y compañía. Ese día, su discurso fue belicoso: "Los pobres pueden no tener nada para comer, pueden no tener una casa donde vivir, pero igual pueden ser grandes personas cuando son espiritualmente ricos. Y el aborto, que sigue muchas veces a la contracepción, lleva a la gente a ser espiritualmente pobre, y esa es la peor pobreza, la más difícil de vencer", decía la religiosa, y cientos de congresistas, muchos de los cuales no estaban en contra de la contracepción y el aborto, la aplaudían embelesados. En su Calcuta, en la India, en muchos otros países, la superpoblación es causa principal del hambre y la miseria, y sus autoridades toman todo tipo de medidas para limitarla."Yo creo que el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra contra el niño, un asesinato del niño inocente. Y si aceptamos que una madre puede asesinar a su propio hijo, ¿cómo podemos decirles a otras gentes que no se maten entre ellos? Nosotros no podemos resolver todos los problemas del mundo, pero no le traigamos el peor problema de todos, que es destruir el amor. Y eso es lo que pasa cuando le decimos a la gente que practique la contracepción y el aborto". Las jerarquías católicas lo dicen siempre, pero dicho por ella es mucho más eficaz. Aquella tarde, el cardenal James Hickley, arzobispo de Washington, lo explicó clarito: "Su grito de amor y su defensa de la vida nonata no son frases vacías, porque ella sirve a los que sufren, a los hambrientos y los sedientos...". Para eso, entre otras cosas, servía la religiosa. Por eso, entre otras cosas, su proceso de beatificación vaticana fue el más rápido de la historia de una institución que no suele apresurarse —que puede tardar, por ejemplo, cuatro siglos en pedir perdón por apretar a Galileo Galilei o asesinar a Giordano Bruno y tantos otros. Así que ahora la señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu —lo que quede de ella— debe estar en el paraíso de los beatos, un poquito más abajo del paraíso de los santos, con apenas menos felicidad eterna y menos olor a incienso y mirra y menos intimidad con su Señor pero bastante, pese a todo. La señorita fue una militante muy eficaz de una causa muy antigua: la del conservadurismo católico. Y fue, en el mejor de los casos, una versión mediática y actual del viejo modelo de la dama de caridad: aquella que se dedica a moderar los males causados por un orden que nunca cuestiona o que, en realidad, refuerza. Gracias a esos medios, al aparato de difusión de Roma, la señorita quedó instituida como gran encarnación actual del viejo mito de la bondad absoluta. Todos —los países, los grupos de amigos, los equipos de voleibol, los grupos de tareas— necesitan tener un Bueno: un modelo, un ser impoluto, alguien que les muestre que no todo está perdido todavía. Hay Buenos de muchas clases: puede ser un cura compasivo, un salvador de ballenas, un anciano ex cualquier cosa, un perro, un médico abnegado, un pederasta con buena verba en púlpito: en algo hay que creer. El Bueno es indispensable, una condición de la existencia. Y el mundo se las arregla para ir buscando Buenos, entronizarlos, exprimirlos todo lo posible. Así que, pese a que algunos intentamos contar un poco de su historia, nadie lo escucha: es mejor y más cómodo seguir pensando que la señorita era más buena que Lassie. La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Teresa de Calcuta, consiguió ser la Buena Universal. Y consiguió, incluso, lo más difícil que puede conseguir una persona, un personaje: entrar en el lenguaje como síntesis o símbolo de algo. Decimos un Quijote cuando queremos hablar de un héroe destartaladamente franco; decimos un Craso cuando tratamos de definir a alguien riquísimo; decimos —desde hace unos años empezamos a decir— una madre Teresa cuando queremos significar que alguien es realmente bueno. Y así ha quedado registrada en nuestra cultura la señorita también llamada madre, amiga de tiranos y estafadores, militante de lo más reaccionario, facilitadora de la muerte. ¿Y usted qué opina?